LOS MURCIÉLAGOS HIBERNAN. CovId19

                                                     


Mulier. Ana María Castellanos

                                                    

Minúsculos poros, hoy débiles se abren,

dejan en pausa mis sueños.

 

Mis pies de sangre apolillada, hibernan

como murciélagos en un rincón sin bombilla.

 

Esta casa tan grande se ha vuelto pequeña como un círculo.

La puerta me come, es una boca cerrada de la que quiero

salir escupida a la pestilente urbe para lamer carne y agujeros

pedregosos.

 

Soy una piedra, una raíz muda que se encoje como títere.

 

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